– Mamá, ¿Pero cómo no te diste cuenta de que era Lesbiana?-

Esta es la curiosa pregunta que le hice a mi madre, a mis 43 años, en medio de una comida familiar.

Hablar de sexualidad con las familias a veces es un poco incómodo, pero en mi/nuestro caso, sí o sí, hemos tenido que hacerlo para conocernos, comprendernos y llevarnos lo mejor posible.

Y bien, así como quien no quiere la cosa, durante una comida en la que disfrutábamos de la compañía de una amiga íntima de la familia, a la cual llamamos “tía”, salió el tema de cómo era yo cuando era una niña. Temazo!. Esta misma conversación en otro momento de mi vida me habría incomodado muchísimo pues para mí era muy difícil poner palabras a todo lo que yo sentía por dentro. Pero en el momento presente era más bien una necesidad poder hablar de ello y resolver algunas dudas que hasta la fecha todavía estaban pendientes.

Todo transcurría como una comida familiar de lo más “normal”, cuando en un momento dado de la conversación, nuestra tía con total naturalidad dio voz a la idea de que de toda la vida las personas allegadas que me habían visto nacer “intuían” por mi forma de comportarme que, sino una niña transgénero (concepto inconcebible en aquel momento histórico) al menos era una niña lesbiana. Ni que decir que yo soy consciente de ser lesbiana y evidentemente transgénero desde el minuto uno del despertar de mi consciencia sexual.

– Pues yo nunca lo imaginé! – Dijo mi madre-

– ¿Qué? ¿Cómo?- A todas las personas presentes se nos abrieron los ojos como platos, excepto a mi padre que no sé si se enteró mucho de lo que estábamos hablando dado el barullo del sitio en el que estábamos comiendo.

– ¿En serio no te diste cuenta, Inma? – Le preguntó mi tía.

– ¿En serio no te diste cuanta, Mamá?- Le Pregunté yo.

– Pues no, yo pensaba que Macarena era como yo: una niña de no hacer cosas de niñas, como yo y el resto de las mujeres de mi familia. Yo soy así, mi madre era así, mis hermanas son así. Que crecería y que algún día se enamoraría de un hombre, como yo y el resto de mujeres de mi familia.

Nos miramos entre todas: mi pareja, mi tía, mi madre y hasta mi padre que no sabía de lo que estábamos hablando. Por un segundo no pudimos reaccionar.

Al igual que en otras ocasiones en las que mi madre me descoloca, respiré hondo y traté de encajar la información que acababa de escuchar. Mi corazón latía fuerte, mi cara sentía calor y mi cerebro trataba de digerir sus palabras. Frente a la tensión del silencio producido no pude más que decir:

-Tienes razón, mamá. Podría haber sido de esa manera aunque no, no lo fue. Pero fíjate tú, que durante muchos años he estado molesta contigo porque no me sentí apoyada en mi proceso de salir del armario y sin embargo ahora comprendo que lo que te estaba pasando es que tú me estabas identificando plenamente contigo (identificación proyectiva), incluyendo en ese pack la orientación del deseo. Y por eso no podías verme. Primero porque yo no me mostraba y segundo porque en tu identificación no contemplabas mi orientación sexual sino la tuya, la que tú conocías: la heterosexual (ahí está la proyección del sistema binario). Y supongo que como yo no me mostraba pensarías que todavía no había aparecido ese hombre del que enamorarme. Vamos, una cuestión de tiempo…aaaah… Ahora lo comprendo todo.

-Pues eso, hija.

Después de esta parrafada no sé si mi madre me llegó a entender o más bien yo a explicar todo lo que se estaba moviendo en la conversación, pero lo que me quedó bien claro es que desde su mapa tenía toda su razón para decir lo que estaba diciendo. Estaba justamente y a su manera dándole voz a lo que ahora conocemos por Expresión de Género y Orientación del deseo y, qué narices, es cierto no tienen por qué coincidir ya que son dimensiones diferentes y no vinculantes dentro de la Diversidad Sexual.

En conclusión, la de veces que le habré dicho yo a mi madre eso de “no hay más ciego/a que quien no quiere ver” y esta vez fui yo la que se reconoció como tal, miope perdida como lo he sido siempre, lo que para el resto de amistades era “niñachicote”=lesbiana, para mi madre era “niñanobinaria”=como su madre.

Hace poco leí una frase que me gustó mucho y decía “el conocimiento es poder y el autoconocimiento es empoderamiento”. Pues bien, hoy 26 de abril de 2019 me permito compartir parte del conocimiento sobre diversidad sexual con el vídeo que para mí define con total claridad las distintas dimensiones de la sexualidad: Sexo Biológico, Identidad de Género, Expresión de Género y Orientación del deseo. Estoy segura de que a muchas personas les puede dar muchas claves para comprender situaciones como ésta que hoy he contado.

Espero que os guste tanto como a mí: https://www.sexpol.net/la-diversidad-sexual/

Que tengáis un bue día de la visibilidad lésbica!!

Y como bien decía mi abuelo: Viva el amor libre!

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Macarena Roca Gil
Psicóloga General Sanitaria nº col: cv08203
Terapeuta Gestalt especialista en intervención en conflictos de Parejas, Diversidad sexual y de Género.